Se emplean para la fabricación de herramientas de múltiples aplicaciones que involucren temperaturas de trabajo, en la superficie, de no más de 250 ° C (482 ° F).
Para estas aplicaciones, deben presentar las siguientes propiedades para garantizar la durabilidad de la herramienta a altos esfuerzos que surgen de los excesivos procedimientos de mecanizado y conformado en frío: dureza superior, alta resistencia al desgaste, buena tenacidad, excelente resistencia a la compresión y al impacto, alta estabilidad dimensional en el tratamiento térmico, buen comportamiento al mecanizado.